Para los empleadores y las familias que se trasladan, es fundamental asegurarse de que los niños se sientan cómodos en su nueva escuela, ya que garantizar el apoyo y el respaldo de la familia del empleado es lo que puede determinar el éxito general de un traslado. Después de todo, ¿no es "la familia lo primero"?
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Recuerda: Una mudanza no termina cuando se desempacan todas las cajas, así que aquí hay 6 consejos para ayudar a las familias recién mudadas con niños de todas las edades a comenzar con el pie derecho en la escuela.

1. Organízate

Cualquier padre sabe que un buen comienzo en la escuela comienza con la organización: conocer los horarios de recogida, de entrega y de las actividades extraescolares. Este año, haga que los empleados den un paso más allá creando un centro de programación familiar. Debería ser algo colocado en la cocina, en el cuarto de la mudanza o en otra zona común que contenga el horario de todos para la semana o incluso el mes. Enumere la información de contacto importante e intente establecer un código de colores para cada miembro de la familia. Mientras que el empleado comenzará un nuevo horario en el trabajo, el cónyuge y los hijos también tendrán sus propias rutinas nuevas a las que acostumbrarse. Respete el horario y manténgalo visible para todos.

2. Abastecerse

El fin de semana anterior al primer día de clase, prepara las comidas y abastece el frigorífico con alimentos aptos para el colegio: tentempiés para llevar, bolsas de papel para el almuerzo, y haz que los empleados consideren la posibilidad de abastecerse de los alimentos favoritos de la familia. Por algo la llaman "comida reconfortante". Nada ayudará a los miembros de la familia a sentirse más en casa que sus comidas favoritas. Mejor aún, haz que los niños participen en la compra y en el abastecimiento de la nevera. Les dará una sensación de control en su nuevo entorno.

3. Trazar un mapa

¿Cómo irán y volverán los niños al colegio? Sugiere al empleado que planifique con antelación las rutas para recoger o dejar a los niños. Aunque puede ser tan simple como una ruta de autobús o un sistema de navegación móvil en el coche, siempre es una buena idea que los padres y los niños sepan cómo llegar del punto A al B sin ninguna ayuda externa, en caso de que se produzca alguna emergencia. Da un paseo en coche y conoce de verdad la nueva zona.

4. Involucrarse

A muchos padres les gusta participar en las actividades escolares, pero para las nuevas familias de la zona es aún más importante. Tanto para los padres como para los hijos, implicarse significa rodearse de otras personas de su edad con la esperanza de fortalecer y facilitar los lazos comunitarios. Sin embargo, si un horario apretado dificulta la participación en la escuela de sus empleados, siempre está el conocer a los vecinos. Una familia recién trasladada nunca debe subestimar el sentimiento de apoyo que supone construir una comunidad estable de amigos.

5. Piensa en el futuro

Para tener más posibilidades de asentarse en una nueva escuela, piense más allá de superar las primeras semanas. Pida a sus hijos que se fijen objetivos personales para alcanzar al final del curso. Puede tratarse de un deporte en el que participar, de las notas que quieren conseguir o de las actividades que les gustaría hacer fuera del colegio con sus nuevos amigos. Establecer objetivos da un giro positivo a la nueva situación y dará a todos algo que esperar mientras se instalan.

6. Esperar los obstáculos en el camino

Por último, asegúrese de que los empleados comprendan que, por muy organizados que se sientan con respecto a la vuelta a la rutina de su familia, siempre habrá imprevistos. La mejor manera de hacer frente a los imprevistos cuando los niños aún se están adaptando es experimentar los sentimientos asociados -enfado, náuseas "caseras", etc.- para que todo el mundo pueda entender qué es lo que causa más malestar. Esto le ayudará a elaborar un plan para seguir adelante. Algunas cosas estarán fuera de su control, pero trabajar juntos para superarlas es la clave para que todos se mantengan en el buen camino para volver a sentirse "en casa".

Prepararse para un nuevo curso escolar tras una gran mudanza no tiene por qué significar un caos. Cuanto más se prepare con antelación en casa para que las cosas vayan bien, menos oportunidades habrá de que las cosas vayan mal.